miércoles, agosto 31, 2005

Libertad bajo custodia

Estimados fantasmas:
Hace días que no subía un cuento, por lo que en mitad de un deber que debía hacer me puse a escribir este cuento. Está recién salido del horno.
Este Blog lo conocen muy pocas personas, por lo que les pido a ustedes, que alguna vez lo visitan, dejen su impresión de lo que van viendo.
Un abrazo, cuidense y estamos al habla
Diego


Libertad bajo custodia
31-08-05

Desde que tengo uso de memoria y ando en metro he querido tirar la palanquita roja.
Es una de esas cosas que a veces sientes que estas a punto de hacer, en forma consiente o inconsciente. Como cuando estas en un lugar alto y miras hacia abajo y algo te tira. Y te alejas, y te asustas. Y dices “¿en que estaba pensando?” y luego meditas si en verdad lo consideraste o fue sólo el vértigo. Y dices “Vértigo!, sí, vértigo” … “no soy un suicida, no, nunca tan loco…”.
Pero la verdad es que siempre he tenido esas fijaciones. Ando por la vida mirando las alarmas de incendio en los edificios, esas especies de palancas que tienen las micros para sacar las ventanas, los botones de pánico en el centro, los grifos, los teléfonos SOS en las carreteras, etc.… y no se porque, pero esas cosas siempre me han llamado.
Sueño frecuentemente despierto mientras viajo. Siempre ocurre algo que amerita romper la ventana, tirar la palanca, apretar el botón, pero de golpe despierto y recuerdo a Murphy.
A pesar de llevar toda una vida en estas, nunca me había atrevido a cumplir alguno de mis sueños. Lo tomaba como un eterno poder-ser o cómo un posible imposible que sabía nunca llegaría.
En verdad no me gustaba pensar en el asunto. Cada vez que lo hacía terminaba sintiéndome oprimido, amarrado, llevado por el sistema, guiado.

Recuerdo una vez que íbamos con la Vero por la playa. Llevábamos juntos en ese entonces, a pesar de nuestra corta edad, un poco más de 4 años de pololeo y nuestra relación, como muchas otras, a pesar de figurar bien, se había transformado en una vacía costumbre.
En esa oportunidad, en la arena, me di cuenta que ya no estaba enamorado de ella, que seguía estando con ella por la misma razón que no tiraba la maldita palanca roja. Mi racionalidad me indicó inmediatamente el camino a seguir… simplemente tenía que actuar según mis convicciones... ¿Qué tan difícil podía ser eso? Si un amigo estuviese en la misma situación que yo, tendría clarísimo que decirle. Sin embargo, algo me inmovilizaba y me producía lo mismo que aquella maldita palanca.
Fue mucho tiempo después de ese día en el que decidí que no todo podía ser decidido por alguien más, y me armé de valor para finalmente terminar con ella.
Como se lo imaginarán fue terriblemente doloroso y duro, la extrañaba pero esa acción me entregó una tranquilidad que solo se comparó con el momento aquel que finalmente tiré la palanca. Algo raro se apoderó de mí y fui finalmente quien quise siempre ser.
No mentiré, este arranque de libertad en los dos casos fue dolorosa (sobretodo en una de estas 2 oportunidades, donde me golpié la cabeza contra un agarramanos) pero como me dijo un viejo amigo; “estaba gozando de un dolor placentero”. Fue justamente ahí cuando me descubrí amante extremo de la libertad.
Desde entonces han pasado 3 años en los cuales he tenido 8 relaciones “Express” y 2 juicios por daños, que han contribuido a aumentar mi pequeña popularidad en el rubro de la locomoción, especialmente en el ya mencionado metro.
Hoy me siento más libre que nunca y dejo que mis impulsos me manejen de vez en cuando.
Gracias a eso, no me he vuelvo a sentir como un títere, pero al mismo tiempo he adquirido un fuerte odio por la arena y un irrestricto miedo a las alturas.

martes, agosto 23, 2005

Burla burlando ya van seis delante

Y así avanzamos, como insinua Cortázar cada día más cerca de la muerte. Y la vamos conociendo y debemos aprender a llevarla adentro, por que eso somos, vida y muerte. La muerte es, aunque no queramos, parte de nosotros.
Diego



Más allá de los cincuenta años empezamos a morirnos poco a poco en otras muertes. Los grandes magos, los chamanes de la juventud parten sucesivamente. A veces ya no pensábamos tanto en ellos, se habían quedado atrás en la historia; other voices, other rooms nos reclamaban. De alguna manera estaban siempre allí, pero como los cuadros que ya no se miran como al principio, los poemas que sólo perfuman vagamente la memoria.Entonces —cada cual tendrá sus sombras queridas, sus grandes intercesores— llega el día en que el primero de ellos invade horriblemente los diarios y la radio. Tal vez tardaremos en darnos cuenta de que también nuestra muerte ha empezado ese día; yo sí lo supe la noche en que en mitad de una cena alguien aludió indiferente a una noticia de la televisión, en Milly-la-Forêt acababa de morir Jean Cocteau, un pedazo de mí también caía muerto sobre los manteles, entre las frases convencionales.Los otros han ido siguiendo, siempre del mismo modo, Louis Armstrong, Pablo Picasso, Stravinski, Duke Ellington, y anoche, mientras yo tosía en un hospital de La Habana, anoche en una voz de amigo que me traía hasta la cama el rumor del mundo de afuera, Charles Chaplin. Saldré de este hospital. Saldré curado, eso es seguro, pero por sexta vez un poco menos vivo.

domingo, agosto 21, 2005

Puntos de vista

Estimados;
A continuación un cuento de Eduardo Galeano. Espero les guste
Diego



Desde el punto de vista del sur, el verano del norte es invierno. Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía. Donde los hindúes ven una vaca sagrada, otros ven una gran hamburguesa. Desde el punto de vista de Hipocrates, Galeno, Maimonides y Paracelso, existía una enfermedad llamada indigestión, pero no existía una enfermedad llamada hambre. Desde el punto de vista de sus vecinos del pueblo de Cardona, el Toto Zaugg, que andaba con la misma ropa en verano y en invierno, era un hombre admirable: -El Toto nunca tiene frío -decían. El no decía nada. Frío tenia, pero no tenia abrigo. Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno. La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino. Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista. Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colon, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas. Desde el punto de vista del oriente del mundo, el día del occidente es noche. En la India, quienes llevan luto visten de blanco. En la Europa antigua, el negro, color de la tierra fecunda, era el color de la vida, y el blanco, color de los huesos, era el color de la muerte. Según los viejos sabios de la región colombiana del Choco, Adán y Eva eran negros y negros eran sus hijos Cain y Abel. Cuando Cain mato a su hermano de un garrotazo, tronaron las iras de Dios. Ante las furias del señor, el asesino palideció de culpa y miedo, y tanto palideció que blanco quedo hasta el fin de sus días. Los blancos somos, todos, hijos de Cain.Si Eva hubiera escrito el Génesis, ?como seria la primera noche de amor del genero humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominara. Que todas esas son puras mentiras que Adán contó a la prensa.Si las Santas Apostolas hubieran escrito los Evangelios, ¿como seria la primera noche de la era cristiana?San José, contarían las Apostalas, estaba de mal humor. El era el único que tenia cara larga en aquel pesebre donde el niño Jesús, recién nacido, resplandecía en su cuna de paja. Todos sonreían: la Virgen María, los angelitos, los pastores, las ovejas, el buey, el asno, los magos venidos del Oriente y la estrella que los había conducido hasta Belén de Judea.Todos sonreían, menos uno. San José, sombrío, murmuro:-Yo quería una nena.En la selva, ¿llaman ley de la ciudad a la costumbre de devorar al mas débil?Desde el punto de vista de un pueblo enfermo, ¿que significa la moneda sana?La venta de armas es una buena noticia para la economía, pero no es tan buena para sus difuntos.Desde el punto de vista del presidente Fujimori, esta muy bien asaltar al Poder Legislativo y al Poder Judicial, delitos que fueron premiados con su reelección, pero esta muy mal asaltar una embajada, delito que fue castigado con una aplaudida carnicería.

viernes, agosto 19, 2005

Instrucciones para llorar

Un regalito que me dejó la Coke (Mil gracias). Coincidencia o no, es otro de mis favoritos.
Los dejo con otro escrito de Cortazar. Espero les guste
Diego

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

El Santiaguino

Estimados;
Varios me han dicho que esperan un cuento mio. La verdad es que por ahora, lo unico que les puedo dar es algo rescatado por mi primo Matías. Lo siguiente es una columna que me pidieron en la Universidad que escribiera, hace unos 3 años para la entonces aún vigente Zona de Contacto. Por supuesto nunca fué publicada (ni leida, al llegar con ella me dijeron que ya no se necesitaba... la triste historia de mi vida)
Espero les guste, a pesar de su baja calidad como escrito, le tengo un cariño "Historico"
Diego
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La extraña realidad

Hoy en día la locura se apodera de nuestra sociedad, y es así como llegamos, casi en forma espontánea, a preguntarnos cosas que antes parecían más bien exclusivas de la filosofía, o bien, en otro plano, de la Psicología. ¿Qué es estar loco?, ¿Cómo distinguir la locura de la “normalidad”?. Estas interrogantes siempre nos llevan y nos llevarán a otras más complejas que no es mi intención siquiera tratar de concebir. A lo que apunto sí con ésta breve introducción, es a un hecho bastante cercano, más bien propio, que a medida que vayamos revisando, nos servirá para irnos dando cuenta como nos podemos definir, incluso, en una forma burlesca.
Para esto, y con el fin de no generalizar en demasía, tomaré un tipo de ciudadano especifico; El Santiaguino, y mostraré algunas de sus locuras que son ya socialmente aceptadas (y a veces hasta reprochadas en caso de ausencia) las cuales pasan casi inadvertidas ante nuestros ojos y que prácticamente son una regla o un modelo a seguir. Si usted no las sabe, quizás esto le sirva de ayuda.
Un buen Santiaguino no olvida nunca que las leyes del tránsito están para ser interpretadas por él mismo, que el paso de cebra es una mera ilusión óptica y que la bocina es una especie de “varita mágica” que todo lo puede. Ésta, mientras más prolongado sea su sonar, mayor eficacia tendrá.
En el caso de no tener un vehículo, el Santiaguino se las ingenia para no perder la categoría de tal. En estos casos podemos ver siempre gente apurada y estresada caminando que cruzan las calles en el lugar que más le convenga, los cuales muy pocas veces coinciden (por probabilidades) con los lugares determinados y permitidos para hacerlo. Cuando esto sucede, el automovilista Santiaguino emplea comúnmente y con un talento único, la famosa “varita mágica”.
A la hora de merendar, el Santiaguino no peca de falta de originalidad. Éste lo hace en forma rápida (incluso caminando si es necesario) y esmeradamente poco nutritiva[1].
El tener Stress llega a ser tan común, que el no tenerlo no solamente parece extraño, sino que además es causal de vergüenza, ya que significa que, a parte de no cumplir con las características propias de un Santiaguino (lo cual en cierta forma lo margina del grupo), se le considera como un individuo “flojo”. Sí este es su caso, no se preocupe, ya que ésta ciudad entrega muchas formas de curarse de esa terrible no-enfermedad. Una de ellas es andar en Micro y/o Metro en las horas “pick”, otra simplemente es meterse a un Mall.

En cada Cultura, además de un lenguaje y un territorio común, hay un elemento determinante de la identidad: la costumbre. Dentro de ésta encontramos el deporte, y así como nuestros queridos mapuches tienen a modo de costumbre el jugar a la “Chueca”, nosotros nos adecuamos a nuestro entorno y tenemos el “Slalom Humano” y la “carrera con obstáculos”, en los cuales, en caso de sucedido un error de cálculo, el Santiaguino por excelencia jamás dirigirá alguna palabra y/u mirada al afectado.
Obviamente, lo poco que puedo decir en ésta columna no muestra más que algunos elementos puntuales de éste fenómeno que hemos ido adquiriendo a través del tiempo. Espero así que esto pueda servir para graficar en que nos hemos convertido, en como andamos apurados por la vida y en como carecemos de tiempo incluso, para leer un artículo que en forma liviana, trata de decirnos lo mal que estamos.

[1] Mayor información en www.mcdonals.cl

martes, agosto 16, 2005

Los Molestantes

Este cuento es de Fernando Ramirez, alias Fernando III, el cual es amigo personal mio (aunque generalmente tengamos problemas por temas como las fechas de celebracion de nuestros cumpleaños).
Los dejo con uno de los mejores cuentos de Rami. Disfrutenlo
Diego
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La apnea crónico-súbita es un verdadero problema. Sobre todo cuando tomas el último metro de la noche con dirección Escuela Militar. Si te quedas dormido profundamente, puede ser que te pasen por alto al momento de guardar el tren por la noche.
Y ahí estaba yo, preocupado y encerrado a las 3 de la mañana dentro de un vagón de metro. En eso , escuché voces...mi instinto de supervivencia me advirtió de inmediato del peligro. “Son extraterrestres” , pensé.
Cuando se prendieron las luces y se abrieron las puertas, dudé antes de salir. ¿Cómo era posible que se abriesen a las 3:15 de la mañana? Además, se bajaron unas 50 personas del metro. Seguramente estaban escondidas debajo de los asientos y entre los vagones, deduje. Uno de ellos me estiró la mano. -“Don Gonzalo Gutiérrez, para servirle. ¿Es usted nuevo?”
Más por miedo a decir que no que por convicción, asentí con la cabeza.
Se abrió una puerta entre las paredes grises.
“Bienvenidos a nuestra reunión secreta número 326”. El orador hablaba con el tono eficiente de los cajeros de banco. “Tenemos varios temas hoy en nuestra agenda....”
Yo estaba dentro por una organización secreta...de eso no había duda. El problema es que no logré comprender nada hasta que enunciaron su objetivo: “Hemos de molestar a los mortales y hacerles la vida imposible”.
Se hacían llamar “Los Molestantes” . Su trabajo era ese: Hacernos la vida a todos más difícil. Yo sabía que existían personas así, pero todas trabajaban de forma aislada, nunca de forma organizada. Estos tipos eran peligrosos. Los días 30 salían en patota a hacer la cola más larga en los bancos de Santiago. Lo peor: cuando llegaban al final, hacían la cola de nuevo...
Suelen tomarse de las manos y caminar lento por los paseos peatonales. Su día favorito: 24 de diciembre, como a las 4 pm.
Solían averiguar el día en que los discos del Pollo Fuentes eran sacados de las disquerías y, acto seguido, compraban las suficientes copias para mantenerlo en circulación...estos tipos eran unos verdaderos terroristas...si hasta tenían una división especializada en llamar a las radios y pedir 1000 veces la canción “Chuchuca”.
A la hora en que se reanudó el servicio del metro, los molestantes se mezclaron entre la gente, pasando desapercibidos con sus ternos grises y corbatas azules.
El problema es que desde ese mismo momento, entré en un estado de constante paranoia, viendo a los Molestantes por todo Santiago.
En la micro, en la consulta del dentista, en la dirección del tránsito.
Además, me di cuenta de que Santiago está lleno de este tipo de personas...
Una vez que terminé los exámenes de mi Universidad, me fui a relajarme a un cine-arte. La apnea crónico-súbita me hizo perderme la película. No creo que me haya perdido mucho...era de cine-arte.
Me despertaron unas fuertes luces. Sobre el escenario, un orador. “No”, me dije, “otra vez los Molestantes”...pero esta vez, la voz me sacó de mi sopor. Era una voz con fuerza, reconfortante y segura.
“-Damos por comenzada la sesión número 456 de Los Hombres Capaces...”
No lo podía creer. Existía una sociedad secreta que intentaba contrarrestar el poder de los Molestantes mediante obras que hacen la vida más fácil a los demás.
Los Hombres Capaces son esas personas que te siguen cuadra y media para avisarte que se te quedó el abrigo en el restaurant. Además , le ceden el asiento a las ancianas y frenan en los pasos de cebra. En caso de una emergencia , saben perfectamente que hacer y a quién llamar , además de conocer primeros auxilios.
Me di cuenta de que estas dos sociedades secretas luchan por el domino de Santiago, y que dentro de esta guerra secreta, nosotros estamos en medio. Es necesario tomar bando.
A mi me cuesta distinguir entre uno y otro.
Aunque si sé una cosa...a los hombres capaces les gustan mucho los cuentos.

Instrucciones y preámbulo para dar cuerda al reloj

Siguiendo con Cortázar, aquí las instrucciones para dar cuerda al reloj, pero antes, el preámbulo, otro de mis favoritos y que definitivamente vale la pena leer.
Espero les guste
Diego
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Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
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Instrucciones para dar cuerda al reloj

Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.

Instrucciones para subir una escalera

Cortazar tiene una serie de escritos referidos a "Instrucciones". De ellas esta es una de mis favoritas. Espero les guste.
Diego
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Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.