viernes, diciembre 02, 2005

Crónicas Caracolas

Este es un cuento que me mandó un amigo de la coqué, llamado Francisco Medina.
Gracias Francisco por tu cuento.
Todos estan invitados a mandarme sus cuentos a diegocooper@mi.cl Unico comentario... traten que sean relativamente cortos, ya que es la idea de este blog.
Gracias totales
Diego
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Crónicas Caracolas
Habían transcurrido ya millones de años desde la extinción de los hombres de la faz de la tierra. Los hombres eran las criaturas inteligentes en aquellos tiempos y su arrogancia y egoísmo los había llevado a un final drástico, eliminándose a sí mismos con sus propias armas de gran poder destructivo. Durante mucho tiempo, las condiciones para la vida en la tierra fueron tremendamente hostiles, siendo impensable siquiera, la presencia de mamíferos tanto en tierra firme como en el mar. Por su parte, las aves fueron las primeras en desaparecer y lo hicieron en muy poco tiempo, en un espectáculo trágico, en la que bandadas completas de palomas, golondrinas, cuervos, águilas (si, ante la desesperación por el final inminente, incluso las solitarias aves de rapiña buscaron refugio en el conjunto); en resumen toda especie emplumada surcó los aires por última vez, en desesperadas migraciones hacia destinos imposibles. Para los hombres, la visión de miles de aves cayendo como una lluvia emplumada a sus pies, fue una visión de gran horror, ya que sus libros sagrados describían que “las señales del fin vendrán del cielo”. Pocas criaturas sobrevivieron a la catástrofe nuclear. Ciertas clases de insectos, algunos anfibios, gran parte de los arácnidos y fundamentalmente las criaturas con caparazón, fueron las únicas capaces de soportar las extremas condiciones de radiación y el posterior invierno nuclear. Tras millones de años, la tierra se volvió habitable nuevamente. El agua comenzó nuevamente a correr cristalina por los ríos. El aire se volvió diáfano y fresco otra vez, y la vegetación comenzó a brotar exuberante entre las cenizas y las ruinas que alguna vez marcaron la destrucción. La vida comenzaba a abrirse paso nuevamente. De todas las especies, sólo una fue digna, a vista de Diosa y Dios creadores, para reasumir la tarea en la que los hombres habían fallado tan estrepitosamente. El camino espiritual es un camino difícil, de muy lento crecimiento, pero de grandes satisfacciones. Diosa y Dios (que son uno pero dos) eligieron a éstos seres maravillosos, dada la nobleza de carácter que mostraron en los tiempos en que el hombre reinaba el planeta. Las primeras comunidades caracolas se formaron muy lentamente (los caracoles son criaturas adorablemente lentas) y compartían el mundo con otras criaturas sobrevivientes, mayoritariamente insectos y algunos anfibios, al igual que unos pocos reptiles. Por su parte, el pueblo Caracol, vivía y se organizaba en tribus seminómadas, y en condiciones muy duras. En los tiempos en que los caracoles vivían bajo la dominación del Imperio Hormiga, surgió un Caracol llamado Alcístides, que fue contactado por Diosa/Dios El/La que le reveló el conocimiento de la proporción áurea de la caparazón Nautilus, como símbolo de la perfección del Caracol representado en su aspecto masculino, y simbolizado por el Sol, que reinaba lo aparente, lo visible a la luz, y la espiral perfecta. Era la meta de cualquier Caracol reencarnar reiteradas veces hasta que el caparazón de su último nacimiento revelase una proporción áurea perfecta. La fe se acrecentó en los corazones de los Caracoles, animados por el llamado a la libertad que prometía esta revelación. En el aspecto femenino del mito, La Diosa era representada por la Luna, que por el color de sus rayos, explicaba el primer hilo de baba de caracol y su plateada similitud con Selena. Hay que comprender que la baba para el Caracol es absolutamente vital, por lo que la Diosa/Luna representaba un matriz de vida, contenedora de la vitalidad, desde la oscuridad de la noche y su reconfortante humedad. El pueblo Caracol era conocido por su extracción y trabajo artístico de la plata; en la cual veían la “carne” de la Diosa moldeando su figura, sin mucho ahínco para no promover la idolatría, en la figura de una Luna de Plata. El trabajo del oro hacía lo mismo, representando humildes figuras de Soles Dorados.La vida en esos tiempos eran duras para los Caracoles, considerando que este pueblo vivía en el desierto, en condiciones poco adecuadas para estos húmedos mortales. La Deidad dual a la que llamaremos la Espiral Sagrada, le prometió a Alcístides una tierra, al norte del desierto, en que solo habría humedad y buena vida. Esto reforzó la esperanza, que veían en esta revelación una promesa de encontrar aquel lugar que podían oír dentro de sus caparazones. Pues antiguos personajes heroicos de la antigüedad relataban la existencia de un lugar, al norte del desierto, en que había abundante agua y humedad en permanente movimiento, la que producía un sonido - “como el que oye un Caracol al oír dentro de su caparazón, al meditar” - decían los antiguos relatos, pero que nadie había visto con sus largos ojos antes.Alcístides, se hizo conciente de la miserable condición a la que se había visto relegado su pueblo, sometido a los terribles designios de la Hormiga Reina y su imperio que esclavizaba a los Caracoles. Los Caracoles consideraban a las hormigas como un pueblo pagano, dado que creían en toda clase de dioses en formas de osos hormigueros y otras bestias. Alcístides se dirigió a la Hormiga Reina en reclamo diciéndole: - Reina Hormiga, mantienes a mi pueblo en la esclavitud. Aprovechas que las condiciones del desierto son favorables para tu especie, y abusas de tu dominio. Sometes a mis hermanos a horribles torturas en tus mortales salares, campos de tortura innombrable para nuestro pueblo. Pero la verdad me ha sido revelada, así que libera a mi pueblo…- ¿Cómo osas creer que haré lo que me dices?, ¡te haré secar en un salar!.- ¡Entonces el castigo de la Espiral Sagrada será grande!En ese instante comenzó una torrencial lluvia, con una fuerza nunca antes vista en el desierto, resultando un desastre en los arquitectónicos hormigueros y causando miles de muertes. La Reina Madre asustada dejo ir a los Caracoles, y se arrepintió de sus actos. Los Caracoles fueron liberados, y comenzaron su trayectoria hacia el norte, en busca de la Tierra Humedecida, seguidos en su trayecto por una milagrosa y suave llovizna, que les aligeraba el paso. Alcístides agradeció el milagro a la Espiral Sagrada (conocida como Phi o bien con un número que es aproximadamente1,618… , haciendo la señal de la espiral repetidas veces, mareándose en el proceso, y descubriendo en el proceso los secretos del Yoga Espiral, movimientos sagrados que al resultar hipnóticos, llevan a estados alterados de conciencia que pueden llevar a un contacto directo con la divinidad. En tiempos anteriores al desarrollo de la ciencia por parte de los Caracoles, no podían ellos imaginar aún que sus creencias en la Espiral Sagrada resultarían confirmados por descubrimientos tales como que las galaxias son de forma espiralada, o que cada uno de los 28 cromosomas de un Caracol, contenedores de el origen de la vida Caracola, son espirales. En los primeros tiempos, los Caracoles eran movidos sólo por su fe en la espiral salvadora. Y esta fe fue la que los llevó en la travesía para encontrar la Tierra Humedecida con el eterno murmullo del caparazón. Alcístides y su pueblo llegaron a la Tierra Humedecida un día al alba, con la fresca sorpresa de la brisa marina sobre sus antenas oculares, y sus babosos cuerpos. Se asentaron en la nueva patria y comenzaron a organizarse. Bautizaron al océano el Mar Espiral, en referencia a una vieja profecía que hablaba de - “momentos en que el mar y el cielo encarnaran a la Espiral Sagrada revelando un universo desconocido”-. Cuando uno de los caracoles se percataron en la primera subida de marea de un hecho que los horrorizó e inquietó a la vez, pues las aguas, al subir habían revelado caparazones sin vida, de unas entidades similares pero distintas a los Caracoles. Esta revelación hizo reinar el caos entre la población Caracola, ya que las implicancias de éste hallazgo eran devastadoras. Toda su fe en ser el pueblo elegido por la Espiral les pareció vejada. Los más exaltados llamaban a la guerra, por lo que los más sabios decidieron consultar al patriarca. Alcístides, consternado, decidió orar a Phi, pidiéndole una revelación. Phi mostró a Alcístides la verdad en su corazón, dándole claridad de que aquél llamado, aquél sonido que sentían en el interior de sus caparazones, era el llamado de sus hermanos marítimos. La tribu perdida, la heredera verdadera de los misterios ocultos de Diosa Luna, también asociada al agua y a lo femenino, en oposición a la marcada tendencia Solar del ritual de los Caracoles de tierra. Alcístides conoció la verdad, y temió, pues la ortodoxia había comenzado a asentarse entre los Caracoles de manera bastante rápida, considerando la corta vida de un Caracol. Es por eso que decidió entregar la revelación en forma de profecía antes de su muerte: “Vendrá el día en que los pueblos separados se unirán, las diferencias desaparecerán, y los Misterios se unificarán”- . Seria el día en que Luna y Sol vuelvan a unificarse, en el día de un gran eclipse total, en que nacerá el primer Caracol de Tierra Sagrado, encarnación de la divinidad Solar. La historia cuenta que se unirá a la Caracola Marina Sagrada, la del nombre impronunciable, encarnación de la divinidad Lunar, que ascenderá de las profundidades en busca de su pareja sagrada y que juntos fundarán una era de unión y armonía, siendo los padres de los primeros Caracoles Anfibios. Los ritos funerarios de los Caracoles de Tierra honran las costumbres de sus hermanos marinos, y del mismo modo que el mar abandona en las húmedas costas los despojos mortales de sus gemelos perdidos, los Caracoles de Tierra lanzan al océano los caparazones sin vida de sus hermanos fallecidos. Enviando este trágico saludo a los hermanos de las profundidades, recordándoles que ya vendrá el tiempo de la unión.Los investigadores modernos consideran que la revelación de la proporción divina, es central en el desarrollo artístico de la joyería Caracola, y ciertos autores atribuyen esta incesante laboriosidad hacia la fabricación de estatuilla o representaciones de plata de la Diosa Luna, como un llamado desesperado a la Madre perdida, la tradición perdida en la separación de los hermanos. Textos apócrifos escritos seguramente con posterioridad a la Unión Sagrada aseguran que los Caracoles Marinos, esos cuasi-míticos seres, habían desarrollado la extracción y trabajo artístico del oro, en una simetría cultural asombrosa y convincente de la verdad revelada en esta fe. La ocasional aparición de pequeñas figuras doradas de representación del sol y el espiral en las costas de Espiralia, la ciudad sagrada, parecía confirmar esta leyenda.Lo que sabemos los Caracoles modernos, es que el año de la Unión Sagrada se produjo en una ocasión en que las estrellas se alinearon en espiral, un eclipse total de sol cubrió el cielo, y un tornado de dimensiones descomunales (al menos para el punto de vista de un Caracol), se cernió sobre el patio del templo de Espiralia, y permaneció allí (tiempo). Nacía el Niño Dios. Paralelamente en el Mar Espiral se formó un torbellino, gigantesco, revelando las Coralinas cúpulas de los palacios de Gastropodia, la ciudad Caracol de Mar. Nacía la Niña Diosa. Ambos crecieron y maduraron en sus respectivos pueblos, enseñando el arrepentimiento a los que cometían actos reprobables, realizando toda clase de milagros entre los que sufrían, arremolinando lo impío y alegrando la vida de todos. Cuando fue la hora señalada, los divinos seres se aproximaron uno al otro, y realizaron la unión ritual, naciendo los primeros Caracoles Anfibios, especie de entidades benignas que comunicaban a los dos mundos, produciendo el gran desarrollo religioso, cultural y social que tenemos actualmente, en que vivimos en armonía y resonancia con nuestros hermanos Caracoles.